Alergia al huevo

La respuesta Médica

Los alimentos pueden provocar, en determinados casos, reacciones adversas que afectan a la salud del individuo que las padece. Dichas reacciones pueden ser tóxicas, de intolerancia debidas la mayoría de las veces a alteraciones enzimáticas o de causa desconocida (estas reacciones son las más frecuentes); e inmunológicas (en ella se incluyen las típicas reacciones alérgicas y otros procesos de causa).

Nos referiremos exclusivamente a las reacciones inmunológicas, empezando por las reacciones alérgicas, y en el caso del huevo hay que tener presente que pueden producir alergia tanto la clara como la yema, aunque predomina la primera. Desde un punto de vista clínico dichas reacciones pueden cursar con una serie de características que comprenden:

  • Reacciones anafilácticas: reacciones alérgicas generalizadas que revisten una especial gravedad y que deben ser tratadas inmediatamente para evitar situaciones vitales comprometidas.
  • Síntomas cutáneos: los más frecuentes y suelen cursar con crisis de urticaria más o menos generalizada, acompañada a veces por hinchazones (angioedema) que afectan habitualmente a la cara, principalmente párpados, labios y pómulos. También puede provocar la aparición de dermatitis atópica. En el huevo, la ovoalbúmina es la proteína más frecuentemente implicada y en la mayoría de casos produce alergias por reacción cruzada con la leche y el huevo.
  • Síntomas respiratorios: crisis de asma y/o rinitis o edema de laringe.
  • Síntomas gastrointestinales: dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarreas.
  • Síntomas neurológicos: migraña, trastornos del sueño...

Según señala la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, la conducta a seguir frente a un cuadro sospechoso de alergia a alimentos es el siguiente: en primer lugar, debe hacerse un diagnóstico de seguridad que se consigue a través de una historia clínica detallada y dirigida y la realización de pruebas diagnósticas que incluyen pruebas cutáneas, pruebas de laboratorio y pruebas de provocación o dietas de exclusión. El conjunto de estas pruebas, realizadas por expertos, permite un diagnóstico de seguridad de la enfermedad alérgica. El tratamiento de base consiste en la evitación del alimento responsable de provocar la respuesta alérgica, teniendo en cuenta además la posibilidad de presentación de reacciones cruzadas con otras sustancias. El tratamiento de los síntomas aparecidos en el curso de una reacción alérgica depende de las características de cada cuadro en particular.