Alergia a la caseína

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PREGUNTAS CON RESPUESTA

Las personas con alergia a la leche ¿son más propensas a desarrollar osteoporosis?

El aporte adecuado de calcio durante la etapa de crecimiento y desarrollo corporal, es fundamental para alcanzar un óptimo pico de masa ósea (máxima cantidad de calcio acumulado en los huesos), necesario para prevenir el desarrollo de osteoporosis (Ver capítulo osteoporosis), relativamente frecuente en mujeres tras la menopausia y en personas de edad avanzada.

En personas con alergia a la proteína de leche, esta situación suele comprometer de manera importante el hecho de cubrir los requerimientos de calcio, puesto que los productos lácteos, entendidos como aquellos elaborados con leche de vaca fundamentalmente, se consideran la principal fuente de calcio de la dieta habitual. Esto supone un factor de riesgo en la aparición y desarrollo de osteoporosis, mayor en aquellas personas predispuestas genéticamente, sino se sustituye la leche por otros alimentos ricos en calcio.

DEBATE, HABLAN LOS CIENTÍFICOS

La alimentación del niño en su primer año de vida es decisivo para potenciar las defensas naturales del organismo frente a alérgenos alimentarios. Los expertos en Alergia e Inmunología coinciden en que la alimentación materna debería mantenerse, al menos, en el primer año y retardar la introducción de alimentos potencialmente alergénicos, sobre todo cuando existen antecedentes genéticos familiares que predisponen a sufrir alergias.

Por otra parte, el estudio de la reactividad cruzada está permitiendo averiguar qué relación existe entre alergias producidas por elementos tan dispares como el látex y una fruta como el kiwi: "El individuo, cuando desarrolla alergia a ciertos elementos, como por ejemplo al látex, fabrica una clase de anticuerpos sin especificar frente a una proteína presente en el látex. Curiosamente, parte de esa proteína es común a la proteína del kiwi, de tal manera que la IgE específica que estaba dirigida frente a la proteína del látex reconoce también la del kiwi".

Las relaciones cruzadas descritas en los últimos años no han sido fáciles de establecer, puesto que en el reino vegetal encontramos alérgenos presentes en multitud de productos alimenticios que, además, no están relacionados genéticamente.

La prevalencia de las alergias alimentarias se ha incrementado notablemente en los últimos años, siendo mucho más frecuentes en la población infantil que en la adulta. La incorporación precoz de alimentos a la dieta infantil ha hecho que en el sistema inmunológico inmaduro se reconozcan como alérgenos sustancias que no se tenían por qué reconocer.

"Dentro de 20 años las alergias afectarán a la mitad de la población europea", según Consuelo Martínez Cócera, presidenta de la Sociedad Española de Alergología. Así como los países nórdicos alcanzarán ese 50% de índice de prevalencia en España calculamos que llegaremos a un 30%".

¿CÓMO COCINAR Y CONDIMENTAR?

  • Preferir aquellas técnicas culinarias menos grasas: con agua -cocido o hervido, vapor, escalfado-, rehogado, plancha, horno y papillote.
  • Utilizar moderadamente fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (desgrasar en frío, mejora su conservación y su calidad nutricional).
  • Para que la comida resulte más apetitosa se pueden emplear diversos condimentos: albahaca, hinojo, comino, estragón, laurel, tomillo, orégano, perejil, mejorana, pimienta, pimentón, azafrán...
  • El vinagre y el aceite (oliva y semillas) pueden ser macerados con hierbas aromáticas.
  • En la elaboración de salsas, los vinos u otras bebidas alcohólicas como ingrediente flambeados pueden hacer más sabrosas diversas recetas.

ADEMÁS... (no todo es comer)

  • Conviene llevar una tarjeta en la que se indique que la persona es alérgica al alimento concreto.
  • Llevar a cabo unos hábitos de vida saludables. Dormir diariamente un mínimo de 7-8 horas, practicar de forma regular ejercicio físico y evitar situaciones habituales de estrés emocional, contribuyen positivamente al mantenimiento de un buen estado de salud.
  • La exposición controlada a los rayos ultravioleta del sol contribuye a la síntesis debajo de la piel de vitamina D, por lo que la mejor forma de conseguirla es pasear en días de sol.
  • La práctica regular de ejercicio físico adaptado a las características de cada persona favorece el mantenimiento de la densidad ósea.
  • Acudir a reuniones de personas con el mismo problema, ayuda a compartir las propias experiencias y enriquecerse con los conocimientos de los demás.