Meteorismo (Flatulencia)
La respuesta médica
La flatulencia puede corregirse, en algunos casos, reduciendo o eliminando de la dieta habitual ciertos productos alimentarios que contribuyen a producirla. Los gases acumulados pueden ser de origen gástrico o intestinal. En el primer caso se eliminarán por vía bucal, mientras que en el segundo se expulsarán por vía anal. Hasta que son eliminados, su acumulación dilata las paredes gástricas e intestinales y, por tanto, las abdominales; esta distensión abdominal, conocida también como meteorismo, puede alcanzar un tamaño considerable, y es una de las molestias más frecuentes entre quienes padecen flatulencia.
Entre el 5% y el 15% del aire deglutido, sobre todo oxígeno, es absorbido por la sangre en el intestino delgado; ésta, a su vez, libera en el intestino delgado dióxido de carbono que, junto con el oxígeno restante no absorbido, pasa al intestino grueso, donde aumenta su volumen, ya que se le suman los gases producidos por las bacterias al descomponer los restos alimentarios.
Los gases que se eliminan por vía anal están compuestos, en promedio, por 60% de nitrógeno, 20% de hidrógeno, 10% de dióxido de carbono, 6% de metano y 4% de oxígeno. Su olor depende, en gran medida, de los alimentos que se hayan ingerido; así, los huevos, la carne, la col y la coliflor son ricos en azufre, lo que propicia la producción de sulfuro de hidrógeno, cuyo olor es muy semejante al de un huevo podrido.
La ingestión habitual de grandes cantidades de alimentos ricos en proteínas, grasas y fibra, así como de bebidas gaseosas, pueden causar un exceso de gases, tanto en el estómago como en el intestino.
También la ansiedad y el estrés pueden producir una acumulación de gases, puesto que ambos factores conducen a deglutir aire y acelerar los ritmos intestinales. La excesiva deglución de aire, que puede llegar a convertirse en una aerofagia, no suele ser fácil de solucionar, pero puede intentarse mediante ejercicios de relajación y comiendo de forma pausada.
Otra causa común de flatulencia es el estreñimiento, ya que las heces estancadas en el intestino generan gases.
La producción excesiva de gases también indica alguna enfermedad o trastornos, como la úlcera gástrica o duodenal, la dipepsia intestinal o un funcionamiento anormal de los músculos del esófago o de la entrada del estómago. Por tanto, cuando los cambios de alimentación o la modificación de actitudes nerviosas no incidan en un menor estado de flatulencia, es conveniente consultar al médico.
Descartadas las patologías que pueden producir flatulencias, y que deberán ser tratadas por un médico, las medidas básicas para combatir el exceso de gases son dejar de tomar bebidas gaseosas y de comer los alimentos que los producen, así como tomar pastillas de carbón vegetal, cuya acción absorbente puede constituir un paliativo considerable.