Hipercolesterolemia (Colesterol elevado)
La respuesta dietética
El tratamiento dietético implica, en caso de sobrepeso u obesidad, alcanzar un peso saludable a través de la adecuación de la alimentación a las características de la persona. En la dieta, además del ajuste calórico, se ha de controlar la calidad de la grasa, reduciendo el aporte de alimentos ricos en colesterol y en mayor medida de grasa saturada. La grasa poliinsaturada, en especial del tipo omega 3, presente en las grasas de los pescados, a diferencia de la saturada, manifiesta un efecto protector, puesto que disminuye la viscosidad de la sangre, reduciendo así el riesgo de formación de trombos. La grasa monoinsaturada, cuyo principal representante es el aceite de oliva, posee también un efecto beneficioso al aumentar el buen colesterol (HDL-c) y evitar la oxidación del colesterol malo (LDL-c). Así mismo, es preciso aumentar el consumo de alimentos ricos en antioxidantes naturales, pues las líneas de investigación más recientes corroboran la capacidad que tienen estas sustancias de reducir o impedir la oxidación de las partículas grasas y su posterior acumulo en las paredes de las arterias. También se sabe que la fibra que contienen ciertos alimentos (frutas, legumbres y algas) tiene la facultad de captar ciertas sustancias a nivel intestinal impidiendo su absorción, entre ellas el colesterol y las grasas.
Por otro lado, puesto que la hipercolesterolemia es un factor de riesgo asociado al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, es necesario plantearse el abandono de hábitos nocivos, como el consumo de tabaco, que suponen un riesgo añadido en la aparición de dichas enfermedades, y en caso de hipertensión arterial, el control de los niveles de ésta.