Anemia perniciosa (carencia de vitamina B12)
Introducción
La anemia se caracteriza por una disminución en la concentración de hemoglobina o en la capacidad de transportar oxígeno en la sangre. En la anemia megaloblástica se produce una disminución del número de eritrocitos o glóbulos rojos, y un aumento en el tamaño de los mismos debido a una deficiencia de sustancias que intervienen en la eritropoyesis o formación de los glóbulos rojos, como es la vitamina B12. Sin embargo, la carencia de esta vitamina es secundaria a la falta una proteína de la mucosa gástrica (factor intrínseco) esta sí básica para su absorción. En estos casos el factor intrínseco se produce y se secreta en cantidades mínimas, insuficientes para asegurar una normal absorción intestinal de la vitamina, o no se produce en absoluto. Rara vez se encuentra un déficit de vitamina B12 de origen exclusivamente dietético.
Entre las enfermedades que pueden afectar la presencia de factor intrínseco se encuentran procesos digestivos como la aclorhidria, gastrectomía (extirpación parcial o total del estómago), alcoholismo crónico, enfermedades crónicas del páncreas o aquellas que afectan al íleon -parte final del intestino delgado donde se absorbe dicha vitamina-. Durante el embarazo se produce un aumento del volumen de sangre y por tanto del número de eritrocitos, por lo que las necesidades de esta vitamina aumentan. Su deficiencia también se asocia a personas con niveles bajos en fitatos, vitamina que igualmente participa en la formación y maduración de los glóbulos rojos.
Los síntomas son insidiosos y se desarrollan al cabo de 2 o 3 años. Debido a la anemia puede haber debilidad, fatiga, pérdida de cabello, irritabilidad y trastornos de la memoria.