Hernia de hiato

Recomendaciones dietéticas

Llevar a cabo una alimentación saludable y con un aporte energético que permita de forma progresiva normalizar el peso en caso de sobrepeso u obesidad.

Tener siempre en cuenta la tolerancia individual para hacer la dieta cada vez más variada y completa.

Algunos alimentos le pueden producir molestias, y si es así, suprimirlos durante algún tiempo de su régimen y probar a reintroducirlos de nuevo más adelante. No limite su dieta durante más tiempo o más de lo necesario.

Distribuir la alimentación en cinco o más comidas al día para reducir el volumen de alimentos por cada toma, no dejando pasar más de 3 horas sin comer o beber algo.

No hacer comidas abundantes; pesadas o copiosas, comer lentamente y masticar bien.

No comer alimentos sólidos o líquidos justo antes de ir a la cama, dejar pasar al menos dos horas

Preferir alimentos jugosos que apenas precisan grasa ni cocción prolongada.

Tomar en pequeña cantidad o de forma ocasional alimentos grasos y evitar los muy salados o en escabeche.

Evitar las salsas muy grasas elaboradas con yemas, exceso de aceite, nata, queso... tipo carbonara, holandesa, etc.

Evitar alimentos que estimulan la secreción gástrica como el café y el alcohol.

Sustituir el café, el descafeinado y el té por achicoria, malta o por infusiones suaves (romero, salvia...), excepto de menta piperita, que relaja el esfínter del esófago facilitando el reflujo gástrico.

Según hábitos, se permite un consumo moderado de bebidas alcohólicas de baja graduación (cerveza, sidra, vinos de mesa) durante o después de las principales comidas, nunca en ayunas.

No tomar bebidas gaseadas.

No consumir cantidades excesivas de azúcar.

Los derivados del tomate (salsas) y el zumo de cítricos suelen causar molestias, en cuyo caso, podemos asegurar el aporte de vitamina C tomando mandarinas dulces o frutas tropicales maduras (mango, papaya...).

Evitar los alimentos muy calientes o muy fríos ya que provocan irritación.