Intolerancia a la lactosa
La respuesta dietética
La solución dietética es sencilla: prescindir por completo de la leche y productos que la contengan, ya que no existe ningún tratamiento para aumentar la habilidad del organismo para producir lactasa. Sin embargo, cuando la deficiencia de lactasa es parcial, se pueden tomar pequeñas cantidades de leche (máximo un vaso, según tolerancia) sin que se produzcan trastornos.
Otra opción es tomar leche baja en lactosa de reciente aparición en el mercado o consumir yogur o queso.
Conviene estudiar a partir de qué cantidad de leche se producen los síntomas, para tomar una cantidad menor. Incluso una cantidad de leche no tolerada, repartida en dos o más tomas al día, puede -en muchos casos- no provocar intolerancia. Unas personas pueden sufrir los síntomas característicos después de beber un vaso de leche, mientras que otras pueden beber un vaso, pero no dos. Otras pueden tomar helados y algunos tipos de yogures o quesos, pero no otra clase de derivados lácteos. El control a través de la dieta depende del aprendizaje de cada persona a través de ensayos de prueba y error.
Los adultos pueden tolerar de unos 100 a 200 mililitros de leche en una sola toma (unos 5 - 10 gramos de lactosa), aunque no conviene superar el límite de alimentos que contengan lactosa de la que puedan tolerar.
Otra línea de tratamiento se basa en tomar preparados orales de lactasa en el momento de la toma de alimentos con lactosa.