Acido úrico y gota

La respuesta Médica

La aparición repentina de un dolor agudo en una articulación inflamada, normalmente en la base del dedo gordo del pie o en articulaciones mayores, puede ser síntoma de niveles nocivos de ácido úricos en el organismo. El dolor es muy fuerte (cualquier roce lo hace insoportable), y las articulaciones afectadas pueden llegar a enrojecer, ya que se calientan y aparecen hinchadas y muy tensas. Los médicos previenen a toda la población, sobre todo a la que supera los 30 años, que en lo posible evite los factores de riesgo: comer grandes cantidades de alimentos ricos en ácido úrico como anchoas, las mollejas, riñones e hígado.

El objetivo del tratamiento médico es controlar los síntomas y descubrir la causa subyacente. Se aconseja que cuando se sufra el dolor, se utilicen compresas frías sobre las articulaciones doloridas y se evite el peso de la ropa de la cama colocando una varilla que eleve las sábanas para que no las rocen. Si el facultativo así lo estima, el enfermo se tiene que someter a una medicación anti-inflamatoria no esteroide para controlar la inflamación de las articulaciones doloridas. Para atajar el dolor en caso de crisis aguda también pueden utilizarse medicamentos con prescripción médica. En algunos pacientes se aplica una medicación de larga duración, con el objeto de reducir la producción de ácido úrico o para incrementar la excreción de este ácido por parte del riñón. Los medicamentos tienen unos efectos secundarios importantes, por lo que es fundamental que el tratamiento se realice bajo supervisión médica. Asimismo, con o sin medicación, se deberá seguir una dieta. Si la persona es obesa, no realizará nunca una dieta de choque ya que una pérdida brusca de peso podría provocarle también una crisis de gota.